Columna de opinion escrita por el periodista Jorge Elorza para Semanario Casbas
FALLO
Coincidencia o cálculo con el día de hoy: treinta años en democracia, el fallo de la Corte Suprema de Justicia significa un paso más en la consolidación del sistema republicano y democrático. Ratifica la vigencia de la libertad de expresión como premisa esencial al fundamentar la constitucionalidad de la Ley de Comunicación de Medios Audiovisuales, determinando la desinversión del Grupo Clarín por su condición monopólica. La desinversión es parcial hasta colocarse en condiciones parejas de competitividad respecto de las otras empresas. La afectará en un 35%. Pero igualmente seguirá siendo hegemónico, porque tiene diarios, revistas, la única empresa que fabrica papel para diarios, canales de aire, agencias periodísticas, éstas asociadas con La Nación. Comparativamente tendrá más poder comunicacional que los otros medios.
Pero entonces ¿De qué se queja Clarín?. Es simple: el Congreso de la Nación, por amplia mayoría y ahora la Corte Suprema de Justicia le reduce el monopolio. Es todo. Culturalmente los monopolios son inherentes al capitalismo totalizador y quieren seguir siéndolo. ¿Y la democracia? La democracia es la que a ellos les conviene; no es de todos como expone la teoría jurídica y sociológica.
¿Y qué relación hay entre el patrimonio y la libertad de expresión? Para el Grupo Clarín es una totalidad inquebrantable. Sus líderes conceptúan que, a mayor patrimonio, mayor libertad de expresión. Pero la Suprema Corte no acepta esa relación y muchos otros tampoco, como los poderes Legislativos y Ejecutivo: otras empresas, cuantitativamente menores que Clarín trabajan y ejercen la libertad de expresión, sindicatos.
El sofisma del argumento de Clarín es preservar su monopolio.
Pero el monopolio no es todo en el cuestionamiento que se le hace al medio, al margen del fallo, incluso desde sectores de la sociedad: es la mentira y la tergiversación de los hechos con los que acomoda sus juicios, en especial contra el gobierno. Ejemplo: Clarín tituló Fallo contra Clarín, igual su socio La Nación. La información correcta es Fallo de la Corte a favor de la Constitucionalidad de la Ley de Medios. La inducción a error al lector es obvia.
Tiene obsesión por esmerilar al gobierno, cuando podría ejercer críticas justas sobre errores que el gobierno incurre o lo que no ha hecho, por ejemplo, en materia de reforma tributaria. Pero si así lo hiciera, debiera plantear alternativas y ahí radica su dificultad: el Grupo Clarín, como La Nación, El Cronista y otros medios de igual ideología, responden a empresas de distintas actividades que son poderosas, incluso extranjeras y rechazan la política que ejerce el gobierno, especialmente la económica, aun con sus fallas. Ellos proponen implícitamente el endeudamiento financiero, la libertad de precios con salarios regulados, porque son parte de sus negocios, de sus ganancias.
La libertad de expresión es un pretexto de Clarín. Su esencia es libertad de empresa: la propiedad privada absoluta que infiere, en la actual sociedad, contraponerse al interés público. Tuvo la libertad de apoyar a la dictadura y aceptar el obsequio de Papel Prensa. Y ejerció su libertad de no admitir la libertad de los trabajadores de su grupo en sindicalizarse.
Si habrá perjuicio para su patrimonio y lo demuestra fehacientemente, el Estado tendrá que indemnizarlo. Es lo que corresponde. El derecho adquirido, que seguramente Clarín expondrá a su favor, no evita la aplicación del fallo, porque de lo contrario Clarín mantendría su monopolio.
La empresa está en su derecho de apelar al Sistema Interamericano de Derechos Humanos e incluso a la Corte Latinoamericano, pero entre tanto deberá acatar el fallo, porque los plazos que establece la ley llevan cuatro años de demora por parte de Clarín. Internamente, en nuestro país, el medio no tiene escape, aunque los buscará y pondrá trabas: embarrará la cancha todo lo que pueda. Tiene apoyos políticos para hacerlo, algunos del Frente Progresista, la pareja Carrió Solana, el macrismo, toda la derecha tradicional.
La libertad de expresión es la madre de todas las libertades. Por eso que las dictaduras es lo primero que suprimen. Y en la Argentina tuvieron socios, como Clarín, La Nación, que engrosaron sus patrimonios con la última.
30 Octubre 2013.
Canono Elorza.
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