Su servicio cubría Puente Alsina, Buenos Aires, hasta la ciudad de Carhué, pasando por nuestra localidad.
En el año 1936 este ferrocarril fue el primero en reemplazar sus locomotoras a vapor por coches con motores diésel.
Acá llegaban trenes de pasajeros y trenes de carga.
Llegó el primer tren diésel en 1939, siendo toda una novedad para la zona.
Para el transporte de carga se siguió utilizando a veces las antiguas locomotoras a vapor hasta la clausura de la línea.
El 12 de septiembre de 1977 pasó el último tren y el 10 de noviembre de 1978 un tren especial fue quitando las vías con una grúa, finalizando así un servicio que favoreció el nacimiento de pueblos y el crecimiento económico del interior del país.
Mis recuerdos del ferrocarril tienen que ver con mi niñez y adolescencia; época en la que veníamos desde la chacra donde vivía con mis padres en el Paraje de Victorino de la Plaza a visitar nuestros parientes en Casbas y en las noches llegaba el ferrocarril o por las tardes y veníamos con mis tíos a la estación donde se juntaba mucha gente, no solo para recibir a los viajantes y saludar a los que se iban sino para mirar y hacer sociales.
A nosotros que éramos pequeños nos encantaba ver la locomotora; cosa que también hacíamos cuando el Tren llegaba a la estación de Victorino, cerquita de la Escuela donde estudiábamos... Si era a vapor, era más interesante porque largaba vapor y hacía un sonido especial que nos atraía, en cambio la locomotoras diésel de transporte de pasajero eran menos atractivas, pero también nos gustaba el ir y venir de la gente el cargar los bultos y soñar con viajar algún día. En mi caso pude viajar dos veces a Buenos Aires y realmente ir sentado en esas bancas de madera me encantaba, además la marcha lenta del tren por momentos y el llegar a las estaciones con todo el ir y venir de la gente era momentos de atracción; especialmente cuando uno es niño y todo lo que ve es nuevo, es la primera vez.
Recuerdo que cuando era adolescente me encantaba ir a la planta de silo para ver cómo maniobraba la locomotora luego de que los vagones eran cargados de cereal.
Muchas veces la máquina para arrancar se quedaba un largo rato patinando sobre Los rieles hasta que finalmente comenzaba a tomar velocidad.
Cuando se levantaron Los rieles y cesó este sistema de transporte creo que gran parte del pueblo se puso muy triste, para muchos lugares ligados a la producción agropecuaria y a las estaciones fue el comienzo del fin, quedaron estaciones y lugares deshabitados, o con pocos habitantes, como el Paraje de Victorino que sufrió grandemente la ausencia del ferrocarril, ya que allí era punta rieles y había mucha actividad relacionada con este servicio.
Por suerte nuestra ciudad pudo sobrevivirlo y hoy somos una pujante Ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires.
Que lo seríamos aún más si siguiera existiendo este tipo de ferrocarril con costos de traslado menores que lo que hoy significa transportarse por automóvil, colectivo, o el transporte de cereales y otros productos por camión.
Existiría mayor competencia de precios y un más potente desarrollo de nuestras localidades y ciudades.
Debemos recordar que los países más avanzados tienen un buen servicio ferroviario.
*En aquel tiempo la Localidad de Casbas tenía menos habitantes y aún no había sido declarada Ciudad
**(Fuentes consultadas: Tomó tres revista El centenario de Casbas)
***Foto archivo, Revista Museos del Desierto N`10
****Recuerdos del autor de la nota
Informe: Néstor Omar Salgado
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