Casi no realizó jugadas colectivas que beneficiará al plantel, porque su objetivo estaba en querer brillar por su cuenta.
Finalmente al terminar el partido no había logrado su objetivo personal, en consecuencia el equipo por su egoismo no se beneficio con su presencia en la cancha.
Debido a su desempeño en el partido que siguio volvió estar en el banco de suplentes.
Tener objetivos personales está muy bien, creer en nuestro potencial y capacidad, desempeñarnos de la mejor manera también está muy bien.
Pero en una sociedad tan compleja como la nuestra, dónde si o si, en algún momento vamos a terminar necesitando la cooperación de otra persona, es necesario articular y tener la capacidad suficiente como para interactuar colaborativamente en pos de alcanzar los máximos objetivos personales.
Si actuamos en forma reprochable, individualista, terminaremos por fracasar más de una vez.
Una persona que actúa con suficiente capacidad intelectual e inteligencia sabe que hay veces qué es necesaria la presencia de otra opinión, de otra manera de ver el mundo y los negocios.
Artículo de Omar Salgado, técnico en ventas, escritor
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