domingo, 27 de julio de 2014

Crónica de nuestra visita a la ex Villa turística Lago Epecuén

Dialogamos con el único habitante que aún
Permanece en el lugar Pablo Novack, mientras los turistas
Caminaban cerca de nosotros mirando asombrados
El desolador paisaje, de lo que fue…

Una tarde fría del Mes de Julio 2014 visitamos este lugar con la idea de poder reflejar en imágenes y realizar una crónica escrita; para que la misma sea entendida por las personas que lean o miren este informe fotográfico recordamos algunos de sus datos históricos; la creación de la Villa Turística Lago Epecuén data de la década de 1920; Actualmente se encuentra en ruinas luego de haber sufrido a fines del año 1985 la inundación que termina destruyendo gran parte de sus edificaciones, que permanecieron varios años cubiertas por las aguas; la citada Villa* se ubica geográficamente en los bordes de Lago Epecuén, a unos siete kilómetros de la Ciudad de Carhue.

Pablo Novack el veterano habitante de Villa Lago Epecuén
Hace un tiempo para formarnos una idea del lugar que visitaríamos decidimos hacer una breve investigación periodística y sabíamos que era para nosotros muy importante llegar a Carhue y encontrar a esta persona que nació en este lugar y aun permanece, como resistiendo a la naturaleza, como negando una realidad que nos agobia; al ver lugares que para el fueron y son amados pero que se van convirtiendo en un pasado sin retorno.
Pablo Novack nos cuenta que su padre Onofre Novack llego en el año 1918 y se instala en una quinta donde forma una familia numerosa; Pablo nace en 1930; la tarea que realiza Onofre junto a sus hijos es producir ladrillos horneados y realizar trabajos de albañilería-Muchos de los ladrillos que hay aquí, citando los edificios en ruinas, los hicimos nosotros explica el anciano-Al relatarnos parte de su infancia notamos que al rostro de Pablo retornaba la sonrisa-Recuerdo que éramos chicos y a la Villa venia el Circo de los hermanos Ribeiro con diversiones y el globo de la muerte; también solíamos ir frente a la Iglesia donde se hacían fiestas y bailes; había un Alemán que tocaba el acordeón-El tiempo fue pasando y la Villa crecía; el trabajaba su campo, criaba y vendía gran parte de lo que producía en este ámbito mientras alquilaban un Hotel con su esposa; todo cambio en aquellos días que conmocionaron el lugar; la inundación fue dejando atrás mucho trabajo, muchos sueños, muchas inversiones; Pablo estuvo con una casilla y su hacienda en la calle escapandole al avance de las aguas.
Cuando el agua se retiro el retorno y allí permanece cada día dialogando con la gente; al despedirme le pregunte hasta cuando permanecería allí-Mientras pueda caminar y me dejen venir, aquí estaré…
Néstor Omar Salgado
 (enriquecen esta nota dos fotos de Archivo de  Frecuencia 9 Garré tomadas en el momento de la inundación)








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